"Deber de la Iglesia, sin duda, es abrirse al mundo, sin que para ello sea preciso edulcorar o cercenar el mensaje evangélico", "somos muchos los españoles que desconfiamos de ese pacto y seguiremos luchando para que “El Valle de los Caídos vuelva a ser aquello para lo que fue concebido y no se convierta en una enseña del odio, la venganza y el revanchismo".